domingo, 11 de noviembre de 2012

El arte de la inversión


Hoy he leído un artículo en El País sobre una feria de arte en Abu Dhabi.

El título del artículo es: Un supermercado del arte para los jeques del emirato y claramente, el punto de vista con el que se trata el tema es monetario, así que se incide en que sólo un pequeño porcentaje de la población del país tiene dinero suficiente para poder visitarlo. Incluso se incluye la siguiente cita de la directora de una galería de Nueva York:
“[En Abu Dhabi] No hay tradición de coleccionismo, pero es cierto que cada vez existe más interés. Están experimentando y aprendiendo de las sensaciones que el arte produce, y año tras año se sienten más confortables con ellas. Además, en la actual coyuntura el arte es una inversión rentable”,
Que deja claro que, para los galeristas, la parte artística y la monetaria van (evidentemente) de la mano. Hasta aquí nada nuevo. De hecho, lo único que convierte este asunto en noticiable —creo yo— es que al suceder en Abu Dhabi, queda mucho más claro que el arte es secundario; ya que todas las noticias que provienen de ese emirato tienen que ver con el dinero.

Parece fuera de dudas que el arte, especialmente la pintura y la escultura, es un buen artículo de inversión. Cada poco escuchamos que se han batido records en subastas de tal y cual artista. Al parecer, hay gente dispuesta a pagar cantidades exorbitantes por cuadros, con la suposición implícita de que es el arte lo que determina el precio y no únicamente su escasez.

Sin embargo, en mi opinión, todas las pruebas demuestran que el valor más importante es la rareza, como en casi cualquier otra cosa del mercado. Un Van Gogh o un Picasso no se pagan tanto por su valor artístico, sino porque existen pocos cuadros suyos. Incluso, en los casos en los que el artista realizó una obra perfectamente replicable (grabados, serigrafías), se pagan muchísimo más caras las primeras copias, especialmente si fueron realizadas por el propio autor o llevan la firma de éste.


De esta litografía de Picasso hay 5 copias hechas por él mismo y otras 50 hechas por otros, pero firmadas por él.

Igualmente, un cuadro atribuído por expertos en arte a un pintor conocido, pierde de repente gran parte de su valor (y muy posiblemente, su posición en el museo), si un nuevo estudio descubre que se trata en realidad, de un cuadro de uno de sus discípulos. La calidad artística no ha cambiado un ápice, sólo su rareza.

Tampoco estoy diciendo nada nuevo con esto. Si Picasso creyera que haciendo él mismo más copias de la paloma hubiese ganado más dinero, seguro que las habría hecho. Cinco copias parece un número pensado para mantener a propósito la escasez, sin que el arte tenga nada que ver con ello.

En resumen, que el mundo del arte y la inversión van de la mano desde que el mundo es mundo no debería sorprender a nadie.

Y si es así, ¿por qué me molesto en escribir esta entrada? La realidad es que en el artículo se habla de un pintor que, para mí, representa lo peor del arte considerado como negocio: Roy Lichtenstein.

Para los que no reconozcais inmediatamente el nombre, Lichtenstein es ese pintor que pinta escenas de cómics. Como la mayoría de los pintores de éxito, se pasó casi toda su vida haciendo el mismo tipo de cuadros, casualmente, aquellos que se vendían mejor. Afortunadamente, el mundo del arte nos ha implantado la idea de que los verdaderos artistas están obsesionados con un mismo tema, así que si hacen siempre lo mismo, tiene que ser arte. Lo cual, indudablemente, les hace la vida más sencilla.

Lo que no supe hasta hace poco es que ni siquiera las imágenes que pintaba eran originales. Hay una página muy interesante en la que se muestran las imágenes originales de donde las copió. Aquí sólo incluiré un par junto con extractos de Wikipedia comentados por mí:




Wikipedia: La versión de Lichtenstein aumenta la presentación de la narrativa y expande el uso del color en la imagen. Al igual que en la imagen original, emplea el tema de la visión y se enfoca especificamente en la visión mecanizada así como en la monocularidad.
[...]
El trabajo es un ejemplo de su presentación de la indeterminación de la perspectiva tuerta.
Las cursivas son mías, para marcar las palabras más ridículas (en mi opinión). Los cambios realizados por Lichtenstein, en su gran mayoría, sólo sirven para introducir errores anatómicos: Confunde las sombras del pómulo con lo que asemejan unas arrugas en la órbita del ojo y parece introducir un dedo adicional. Por no hablar de la luz que añade en el lado opuesto de la tapa.



Wikipedia: Aunque derivada de un cómic, Lichtenstein hizo numerosas alteraciones al trabajo, creando dos paneles a partir del original único, lo cual es objeto de un importante comentario crítico. También alteró la importancia relativa de los distintos elementos del cuadro, tanto gráficos como narrativos. Es ampliamente reconocida como una de sus mejores obras.
[...]
Lichtenstein alteró la imagen, de forma que el avión explotando es más prominente que en el original relativo al avión dominante, haciendo la imagen más interesante. La prominente (sic) exclamación "WHAAM!" es el equivalente gráfico de un efecto de sonido, aunque las llamas de la explosión dominan, el piloto y el avión son los focos narrativos.
No soy un experto en arte, aunque sí sé algo de dibujo de cómics y composición. Sobra decir que lo que yo diga es nada más que una opinión, pero ahí va: en mi opinión, la composición del dibujo original es mucho mejor, más dinámica e impactante que la de Lichtenstein.

Una de las cosas más difíciles de conseguir al dibujar un cómic son esas pequeñas líneas que muestran el movimiento de los objetos, las explosiones e incluso las letras con "Whaams!" y "Booms!". Es la típica cosa en la que uno no piensa hasta que intenta hacerlo. Para mí está claro que Lichtenstein, simplemente, no sabe hacerlo bien. Ni siquiera parece tener clara la importancia de la anchura de las líneas y la usa sin orden ni concierto.

Lo que más me molesta es que en estos comentarios, se da por hecho que el dibujo del cómic original no es arte. Es sólo tras las modificaciones introducidas por Lichtenstein, cuando la imagen pasa de la vulgaridad de un cómic a ser Arte, con mayúsculas.

No quiero decir que Lichtenstein no sea un artista o que no tenga ningún mérito. Escoger las imágenes tiene su mérito; la idea de hacer cuadros con viñetas de cómic es, en sí misma, muy original. A lo que no estoy dispuesto es a aceptar que todos y cada uno de sus cuadros, todos ellos muy parecidos entre sí, son arte y están a un nivel muy superior al de los cómics en los que se basa.

Y tampoco entiendo que alguien pague 44 millones de dólares por uno de esos cuadros. Además de en la escasez, los inversores se basan en la confianza (de nuevo, como en muchas otras cosas del mercado). La confianza en que los expertos en arte sigan diciendo que eso es bueno, la confianza en que no sea una copia y, sobre todo, la confianza en que siempre va a haber otro que pague más de lo que él pagó.


2 comentarios:

  1. Muy buen articulo (como siempre), aunque como siempre también, es dificil hacer comentarios/ampliaciones en el escaso sitio este del "reply".
    En los 2 casos, me quedo con la imagen original, la copia, es simplemente peor. Como cualquier alteracion, aunque sea a peor, siempre se pueden inventar comentarios positivos al respecto, y mas, si, como indicas, se inventan directamente adjetivos al respecto.
    "Expande el uso del color", jajaja, que cachondos!!!. Básicamente, quita tonos a la imagen (como un aumento de contraste), y el fondo pasa a ser amarillo chillon...
    Se ve que el tipo, directamente no sabe pintar bien (ni yo), y la sombra de los pomulos, a mi me parece mas bien un coqueto mechón/bucle del pelo....
    Si la segunda comparativa es una de sus mejores obras, pues apaga y vamonos!. De más impactante, nada de nada, la explosión, un poco mas y parecen como llamas de velas, y lineas sin ton ni son por ahí. También cambió el avión, en la original, creo que es un f-86 (reacción) y en la copia, parece que es un A-1 (hélices pero tambien de korea).
    Ahora bien, yo le reconozco que hay que tener algo de especial (al menos morro y lengua), para vender esas cosas. Los que pagan y sustentan los derechos de esas obras, esta claro que tienen (quizás inconscientemente) que defender e inventarse atributos que ni siquiera siendo permisivos y aceptando pulpos creo que tomarían en serio.

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  2. Es cierto lo del reply, no solo dan poco espacio (aunque parece que es ampliable con el cursor, en realidad no funciona bien), sino que no se pueden incluir facilmente imagenes o diferentes formatos de letra.

    Es cierto que estos artistas saben venderse (en la actualidad tenemos a Damien Hirst, que parece hacerlo conscientemente y casi a las claras). En ese sentido, mas que sus obras son ellos mismos el "producto" que venden.

    Respecto a lo de "expandir el uso del color", no solo es cierto lo que dices, sino que en los comics de la epoca, el color era algo que no solo estaba limitado por las tecnicas de impresion, sino que, en la mayoria de los casos, ni siquiera era eleccion del artista (para mi el dibujante de comics es un artista), sino de los tecnicos de impresion. Por esa razon en esos comics, los colores de la ropa y objetos a veces cambiaban de una vineta a otra sin venir a cuento.

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